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Antológico «zasca» de una comensal a su pareja culturista

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Antológico «zasca» de una comensal a su pareja culturista

Mensaje por Hispano » 03 Sep 2018 23:27

A Carlos Sobera y los suyos se les acumula el trabajo. Decenas de solteros llaman a diario a las puertas de «First Dates» con la esperanza de que en «el restaurante del amor» también ellos tendrán suerte. «Este no es un restaurante cualquiera», recuerda siempre Sobera al empezar el espacio de Cuatro. Como viene siendo habitual, «First Dates» no defrauda a la hora de mostrar al espectador lo más granado de la sociedad española. El aficionado al formato sabe que no sabe lo que puede esperarse de una cita de «First dates»: los seres más diversos y extravagantes que pueblan nuestro país se dan cita, y nunca mejor dicho, en el programa de Sobera.

La noche la estrenó una pareja joven, tanto que apenas acababan de llegar a la veintena. Se presentó el primero Guillermo, un pamplonica de 20 años que compagina sus estudios en la universidad con su labor como portero de discoteca las noches de los fines de semana. «Soy una persona muy positiva y siempre estoy pensando como mejorar ya sea física o mentalmente», contó el navarro, «lo que estoy buscando aquí es una chica muy alocada, porque a mi se me va mucho la cabeza y si no tengo a mi lado a alguien parecido me aburro».

Guillermo, a modo de pista, dejó para su pareja unas fotos a modo de pista en las que aparecía participando en un concurso de culturismo, «que es una disciplina que mide el físico, no la fuerza bruta» puntualizó. A cenar con el navarro llegó Meli, una peluquera catalana de 19 años que aseguró que ella se ríe por todo y quiere «a un loco en mi vida, para que sea como yo». Al llegar le enseñaron las fotos de Guillermo y las palabras de Meli fueron muy claras: «No me gusta ese rollo de mazado y moreno, me parece que es de tenérselo muy creído»

«Cuando he visto la foto esa me he asustado. Ese rollo no me gusta», le soltó la catalana al poco de estar sentados a la mesa, «lo veo muy obsesivo». Obviamente a Guillermo no le hizo ninguna gracia lo que le dijeron y replicó con un argumento bastante ridículo: «Es como alguien que quiere ser cirujano y dedica toda su vida a cosneguirlo. Pues yo hago lo mismo».

Ya empezaron con mal pie y con mal pie siguieron, y en buena medida por culpa de la obsesión del navarro con sus músculos. Guillermo no calló hablando sobre su dietas, su entrenamiento, sus rutinas deportivas...«Estuvo muy pesado con el culturismo, usando palabras que yo no entendía y no me dejaba hablar...» se quejó Meli. Entre otras cosas, Guillermo dijo que come seis veces al día y que «igual se te hace raro quedar conmigo y de repente me saque el tupper». La reacción de ella fue cortante: «Imagínate que estamos en el Fosters y sacas el tupper...Me daría verguenza».

Luego, para encima, descubrieron que había unos cuantos kilómetros entre sus casas. Guillermo le preguntó a la peluquera por su corte de pelo y la catalana fue inclemente en su respuesta: «Yo te lo haría un poco más largo y más guay, no me gusta». El navarro, dale que te pego con los deportes, le preguntó que cuáles eran sus favoritos: «Yo he hecho fútbol, halterofilia, tenis...». «Pues no es algo que me llame la atención el deporte. Me gusta dormir, de hecho puedo dormir hasta doce horas», contestó ella. «No encajamos en nada», reconoció él. El final fue el esperado, y cada uno se marcho a su casa por su lado.

Fuente: ABC



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