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Lesiones de espalda

Prevención y tratamiento de lesiones, aprende a prevenir y recuperarte
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izanagi
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Lesiones de espalda

Mensaje por izanagi » 12 Ago 2017 00:16

Este tema sera larguito...

El origen de una lesión en la espalda puede ser múltiple. Dado que se trata de una zona compuesta por numerosas vértebras, articulaciones y músculos, las dolencias pueden estar causadas por el trabajo, la práctica de deporte, las tareas rutinarias del hogar o un accidente inesperado. Las patologías más frecuentes tienden a ser las que afectan a la parte baja de la espalda, sin embargo no son las únicas. Vamos a ver algunas de las más habituales e importantes lesiones que pueden afectar a esta zona corporal.
Lesiones de espalda más frecuentes

1- En primer lugar, encontramos una de las dolencias más recurrentes en las lesiones relacionadas con los discos intervertebrales. En este caso podemos sufrir tanto fisuras como protusiones y hernias, que pueden provocar un dolor bastante fuerte y una incapacitación seria a la hora de realizar nuestras tareas diarias.

2- También relacionada con los discos intervertebrales, pero en otro sentido, encontramos la artrosis vertebral como lesión frecuente en la zona. Esta clase de artrosis se produce por el desgaste natural de dichos discos a medida que nuestra edad va avanzando, aunque éste puede verse acelerado por el tipo de actividades que realicemos a diario. No suele producir dolor, aunque sí deformidades.

3- Las contracturas musculares tienden a aparecer como causa de un esfuerzo excesivo, el estrés o incluso como consecuencia de otras lesiones como puedan ser, por ejemplo, las hernias discales. Pueden afectar a cualquier área de la espalda, tanto la cervical como la dorsal o lumbar. Se trata de una dolencia que genera bastante dolor y se combate a través de medicamentos como antiinflamatorios o relajantes musculares, aplicación de calor, ejercicios de estiramiento y masajes.

4- Debido al desgarro parcial de los ligamentos que conforman el cuello, puede producirse un esguince cervical. Esta patología se origina a causa de un movimiento repentino que provoca que el cuello se extienda o se flexione excesivamente, en ámbitos como un accidente de automóvil, una torcedura al practicar ejercicio físico o un simple golpe en la cabeza.

5- El dolor de espalda también puede ser genérico y no deberse a ningún tipo de lesión específica. Es el caso de las patologías generadas por una mala higiene postural. De esta forma, y aunque los casos más frecuentes redunden en la zona lumbar, cualquier área de la espalda puede verse aquejada por una dolencia. Podemos provocar, en este sentido, una respuesta inflamatoria por parte del músculo afectado e incluso una contractura.

Metodos:

profesionales y saber cuál es la mejor forma de proceder.
Método 1
Probar estrategias de estilo de vida

1
Evalúa la lesión inicial. Esto puede ser difícil cuando sientes un dolor punzante en la columna vertebral que va de arriba a abajo, ya que parece venir de cada parte de la espalda. Sin embargo, cuando se trata de una lesión debe haber un área central. Presiona con suavidad a lo largo de la columna vertebral con los dedos, empezando con la zona lumbar y avanzando hacia arriba. Es posible que necesites la ayuda de alguien para hacerlo, ya que algunas áreas de la columna vertebral son difíciles de alcanzar.
Evalúa la calidad del dolor. Observa si es sordo y continuo, agudo y punzante, ardiente o cualquier otro elemento que describa tu dolor. Lleva un registro de esto por unos días después de sufrir la lesión para ver cómo progresa el dolor.
Para determinarlo de mejor manera, califica tu dolor en una escala de 1 a 10, siendo 10 el peor dolor que hayas tenido. Al cabo de unos días, evalúalo de nuevo. Puede hacer esto cada tres o cuatro días para ver si estás mejorando. Investigaciones han demostrado que esta es una forma válida para controlar tu dolor actual.[1]
Si al final necesitas acudir a un doctor para que revise tu lesión en la espalda, será útil tener información respecto a la calidad y el progreso del dolor (que puede mejorar o empeorar después de la lesión) para establecer un diagnóstico y un plan de tratamiento.

2
Presta atención a las "señales de alerta" que ameritan atención médica de inmediato. Si te duele tanto que no puedes caminar o te cuesta sentir las piernas, pídele a alguien que te lleve al hospital. No intentes llegar ahí por tu cuenta. Si la lesión empeora y no puedes moverte, podrías terminar atascado en algún lugar del camino y ponerte en peligro. También debes buscar atención médica inmediata si desarrollas los siguientes síntomas:[2]
sensación de entumecimiento en la pelvis o la zona lumbar y el área que la rodea
dolores punzantes en una o ambas piernas
sensación de debilidad o inestabilidad al momento de intentar pararte o las piernas ceden de repente cuando estás parado normalmente o agachado
problemas para controlar la vejiga o los intestinos

3
Asegúrate de descansar. Suponiendo que tu lesión en la espalda no sea lo suficientemente grave como para requerir una visita al hospital, permítete cierto tiempo para descansar en casa y ver si el dolor de espalda mejora. Tal vez debas pasar los primeros días en cama hasta que el dolor se vuelva más soportable. Mira televisión o algunos DVD, lee unos cuantos buenos libros y mantente entretenido. Pero no pases mucho tiempo en la cama, ya que esto puede volver rígida tu espalda, lo cual retrasa el proceso de recuperación.
Ten en cuenta que si bien el descanso es importante al inicio después de sufrir una lesión, acostarte en la cama durante demasiado tiempo puede retrasar la recuperación. Lo mejor es solo descansar durante 24 horas. Si es posible, asegúrate de levantarte de la cama, aunque solo sea durante unos minutos cada hora. Ponerte activo pronto puede reducir un retraso en la recuperación.

4
Evita la actividad intensa. En especial durante la etapa inicial de la lesión, es importante relajarse y no hacer nada que empeore el dolor de espalda o de lo contrario, podrías agravar la lesión. Si es necesario, descansa del trabajo por un tiempo y solicita una compensación laboral si sufriste la lesión en tu lugar de trabajo. Si no puedes tomarte una licencia del trabajo, pídele a tu jefe si puede darte tareas alternativas como un trabajo de escritorio por un tiempo, mientras te recuperas (si tu función habitual consistía en hacer trabajo pesado u otra labor manual).
A medida que te recuperas, evita pararte o sentarte en la misma posición por periodos prolongados si eso agrava el dolor de espalda.[3]
También evita los deportes o las actividades físicas que puedan dañar aún más la espalda. Consulta con un doctor para que te recomiende cuándo y cómo volver a realizar actividad de la forma más segura posible.

5
Usa hielo o calor. Si tienes mucho dolor mientras te recuperas, podrías tratar de aplicarte hielo o calor. El hielo ayuda a controlar la inflamación y es muy eficaz si lo aplicas justo después del incidente (para una lesión aguda). No debes usar calor hasta tres días después de haber sufrido la lesión, ya que puede contribuir a la inflamación durante este tiempo. Sin embargo, Una vez transcurridos los tres días, es eficaz para relajar los espasmos musculares dolorosos y aliviar la tensión en los ligamentos y los músculos.
Para poner el hielo en tu espalda, envuelve una compresa fría, bolsa de hielo, o incluso una bolsa de verduras congeladas en una toalla delgada y ponlo sobre la lesión durante 15 a 20 minutos. Permite que su piel vuelva a la temperatura normal antes de poner el hielo de nuevo. Nunca pongas el hielo directamente sobre tu espalda.[4]
Si todavía tienes dolor después de tres días o si el dolor de espalda es crónico, te puedes aplicar calor. Prueba a usar una almohadilla térmica, una bolsa de agua caliente o una compresa caliente.[5] Una vez más, el calor no debe ponerse directamente a la piel; usa una toalla delgada o incluso una camiseta para envolver la fuente de calor y proteger tu piel.

6
Considera la duración de la lesión. Existen dos tipos de dolor de espalda: agudo y crónico. El agudo es un tipo de lesión que está presente por unos días y luego desaparece (se describe mejor como que "va y viene"). Los síntomas con frecuencia son muy intensos y se curan en 4 a 6 semanas. El crónico es un dolor persistente que dura entre 3 y 6 meses o más.
En especial si el dolor de espalda no mejora, es importante acudir a un doctor lo antes posible. Los estudios médicos han demostrado que la intervención temprana del doctor puede ayudar a impedir que la lesión aguda (a corto plazo) se convierta en crónica (a largo plazo).

7
Opta por la fisioterapia o los masajes.[6] En particular si tienes una lesión muscular que afecta la espalda, recibir fisioterapia o un tratamiento con masajes ayuda a acelerar la recuperación y a disminuir el dolor. Si se trata de una lesión relacionada con tu trabajo, es probable que cubran parte de tu tratamiento.

8
Busca un quiropráctico o un osteópata.[7] En ocasiones es necesario hacerse un "ajuste" en la espalda para ayudarte a sanar. Si crees que el dolor de espalda no mejora por sí solo, lo mejor que puedes hacer es consultar con un quiropráctico o un osteópata para una evaluación.

9
Adapta tu ambiente para dormir mejor. Si sufres de dolor de espalda continuo, podría valer la pena pensar en comprar un nuevo colchón (si el actual te es incómodo).[8] Otra opción es dormir con una almohada entre las piernas. En algunas lesiones de espalda, esto puede reducir el estrés de la espalda mientras duermes y por ende, reducir el dolor.

10
Pon atención a las técnicas para adoptar una postura correcta y de levantamiento. Una vez que reanudes las actividades básicas de la vida diaria, asegúrate de prestar atención a la postura correcta. Mantén la espalda recta cuando estás sentado y asegúrate de tomar descansos frecuentes y de moverte al menos una vez cada 30 a 60 minutos. Al salir de la cama, asegúrate de practicar las técnicas adecuadas. Para empezar, acuéstate de espaldas y mantén las rodillas dobladas y los pies planos. Luego rueda hacia un lado, moviendo lentamente tus piernas sobre la cama. Desde esta posición, usa el brazo que esté sobre la cama para ayudarte a empujar para levantarte poco a poco hasta sentarte. Al levantarte, asegúrate de usar las piernas. Si vas a levantar un objeto, asegúrate de mantenerlo cerca de su cuerpo en todo momento.

11
Asegúrate de tener un plan de recuperación gradual. Lo más importante cuando te recuperas del dolor de espalda es adoptar un enfoque "lento y constante". Es decir, no debes apresurarte a volver al trabajo o a retomar tus actividades para no lesionarte aún más. Consulta con tu doctor y un fisioterapeuta u otro profesional de la salud sobre cómo volver al trabajo o a tus actividades de forma gradual.

12
Averigua si te corresponde una compensación laboral. Si te lesionaste la espalda "en el trabajo", podrías estar calificado para recibir una compensación financiera que te ayude a cubrir el tiempo perdido en el trabajo, además de los tratamientos médicos, los medicamentos y las sesiones de fisioterapia. Definitivamente, vale la pena averiguarlo, ya que puede reducir considerablemente los gastos del tratamiento.

Método 2
Probar estrategias médicas

1
Toma analgésicos de venta libre. En el caso de las lesiones de espalda que no son muy severas, puede serte útil tomar paracetamol (Tylenol) o ibuprofeno (Advil) para controlar el dolor y la inflamación.[9] Ambos medicamentos están disponibles sin prescripción médica en la farmacia local. Sigue las instrucciones de la dosis que figuran en el paquete.
El Robaxacet es otra opción para controlar el dolor que también contiene una propiedad relajante muscular.[10] Si el dolor de espalda se debe un distensión o lesión muscular, es probable que esta sea tu mejor opción para aliviar el dolor y acelerar la recuperación.

2
Acude al doctor para obtener analgésicos con prescripción. Si sufres de un dolor de espalda más grave, podrías necesitar analgésicos más fuertes. Es interesante señalar que los ensayos médicos han demostrado que controlar el dolor de espalda de forma oportuna es la clave para la recuperación óptima. Esto se debe a que el dolor de espalda crónico puede convertirse en un patrón neurológico en el sistema nervioso central, del cual es más difícil deshacerse.
Los analgésicos fuertes con prescripción médica incluyen el naproxeno o el Tylenol #3 (Tylenol combinado con codeína), entre otros.[11]

3
Ponte una inyección.[12] Dependiendo del tipo de lesión de espalda, a veces una inyección (por lo general, de un medicamento con corticosteroides, el cual combate la inflamación y el dolor) puede ser de gran utilidad. Consulta con tu doctor si te interesa probar esta opción o con un naturópata para recibir "proloterapia" (la cual es el "equivalente natural" a una inyección de corticosteroides).

4
Considera colocarte un dispositivo implantable o someterte a cirugía.[13] Como un último recurso para el dolor de espalda intenso, el cirujano puede implantarte un dispositivo que estimula la médula espinal para disminuir el dolor o puede realizarte una cirugía en la espalda si presentas una lesión anatómica que puede solucionarse con una intervención quirúrgica. Ten en cuenta que ambos son opciones de "último recurso" que solo se consideran después de haber probado sin éxito los métodos de estilo de vida, el descanso y los medicamentos.[14]

5
Ten en cuenta que la depresión se presenta en comorbilidad con el dolor de espalda. Más del 50 % de las personas con dolor de espalda crónico desarrollan una depresión temporal o constante junto con el dolor de espalda, la cual muchas veces se relaciona con la discapacidad que enfrentan como consecuencia de su lesión. Si crees que podrías tener depresión o correr el riesgo de desarrollarla, consulta con tu doctor para recibir orientación y medicamentos si es necesario.[15]

6
Conoce los posibles diagnósticos que provocan dolor de espalda.[16] Conocer la causa de tu dolor de espalda puede serte de mucha utilidad para curarlo con eficacia. Las siguientes son algunas de las causas más comunes del dolor de espalda:
mala postura en el trabajo y pasar mucho tiempo sentado o parado en una sola posición
lesión muscular que produce espasmos musculares
enfermedad degenerativa del disco
hernia de disco
estenosis espinal, estrechamiento del canal vertebral (el cual alberga la médula espinal) con el paso del tiempo
otras condiciones menos frecuentes como un tumor, una fractura o una infección en el canal vertebral

Consejos

Si es necesario, toma analgésicos, pero no dependas de ellos.
Es importante volver a estar activo, dentro de lo que sea tolerable, lo más rápida y razonablemente posible.

Advertencias

No realices ningún estiramiento enérgico o avanzado mientras dure la lesión de espalda porque esto puede hacer más daño que bien.



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Re: Lesiones de espalda

Mensaje por Criticator » 12 Ago 2017 00:34

Buen post, con la espalda hay que tener cuidado y cuidarla mucho.

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doctorbur
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Re: Lesiones de espalda

Mensaje por doctorbur » 25 Dic 2018 21:39

Criticator escribió:
12 Ago 2017 00:34
Buen post, con la espalda hay que tener cuidado y cuidarla mucho.
A parte de eso, y con tu permiso añado una curiosidad. Dentro de la musculación, es muy típico sufrir de hernia discal en algún momento. Pero el hecho de padecer una hernia discal no significa necesariamente que cause dolor u otras molestias. De hecho, se hicieron unos estudios, en más de 3000 personas, los cuales muestran que, en la región lumbar, el 30% de los sanos (sin ningún dolor) mostraban hernias discales cuando se les hicieron resonancias magnéticas, y el 70% protrusiones; y en la columna cervical, el 87,6% presentaban abombamientos discales; ya a los 20 años, los presentan el 73,3% de los hombres y el 78% de las mujeres. La frecuencia de ese hallazgo, así como el tamaño y número de las protrusiones halladas, aumenta con la edad.

Si alguien tiene muchísimo interés, el estudio data del año 2014, por el doctor W. Brinjikji, el cual fue publicado en la revista científica spine.

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